Tormenta en Buenos Aires
La cortina de mi cuarto comienza a mostrarse tumultuosa
Pareciera que la brisa insipiente que pasa por las rendijas
rozara con un silbido sus fibras y la hiciera estremecer.
Quien mirara fantasearía con movimientos eróticos
dispensados por dos cuerpos en ritual amoroso
Como si una leve y tenue caricia de plumas
ejerciera sobre ellos un sensación muy agradable
desatando un movimiento tan rítmico como sensual.
Será que el calor y la humedad la pusieron fastidiosa
Se separa de la pared buscando evitar su presión.
El olor a ozono comienza a inundar el ambiente
de pronto un resplandor ilumina la habitación
derrumbando sin esperanzas las fantasías tejidas.
Un ruido ensordecedor estremece a los transeúntes
el viento furioso arremete contra el ventanal,
dando lugar a un baile de pliegues y frunces
danza ritual de un derbake con ondulante vientre,
recostando sus serpenteantes caderas de vual sobre el techo.
Un rumor insipiente comienza a cobrar ímpetu,
pequeñas chispas inquietas descienden del cielo
decretando su presencia con mayor intensidad,
hasta ser gotas que despeinan mojan e inundan.
En pocos segundos el chapoteo de pasos de tantos otros
retumban en la melancólica tarde noche de Buenos Aires
como notas de bandoneón en ritmo de dos por cuatro
ejecutado en do mayor de charcos baches y cafés .
Nancy Nasr
30-11-10
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