Mirada de cielo, profunda y húmeda
pasos
eternos, cansinos, recorriendo el cuarto.
Preguntas sin
respuestas que terminan en llanto
por no encontrar la explicación ni el por qué.
Padecer la furia de no deber sentir lo que se sentía.
Negarse a dejar de amar porque el otro
así lo ha decidido.
¿Cuándo lo eterno se transforma en
efímero?
¿Dónde se perdió el amor, que no se
percibió?
¿Qué queda cuando uno de los dos lados
de un amor desaparece?
Solo
recuerdos hechos humo flotando hasta
desaparecer en el espacio de la memoria de quien ya
no ama.
Mientras que el otro, lleva huellas marcadas a cincel y
martillo
en la piel, la mente y el corazón.
¿Cuánto se necesita para que el olvido
le gane a la memoria?
¿Cuánto para que el alma rota se cure?
¿Cuánto para sentir que respirar ya no
duele?
¿Cuánto para que los recuerdos evocados
se eternicen en sonrisas?
¿Cuánto para no hacer más preguntas?
¿Cuánto para que no interesen las
respuestas?
¿Cuánto para amigarse con la soledad?
Solo hace falta
tiempo…
Dedicado a mi hija
Nancy
Nasr
7/12/2019