viernes, 29 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
“Acaricia el corazón y sigue tu deseo”
(Derechos reservados)
Ciudad de Buenos Aires, un viento frío despeinaba la cabeza de los transeúntes de esa tardecita noche invernal. Casi todos apuraban el paso, tratando de llegar a casa luego de sus jornadas laborales.
Aprovechando el tiempo de espera que da la luz del semáforo, Juan, un carita sucia de apenas siete años, muestra sus habilidades de malabarista con pelotitas a los conductores. Luego del número artístico, él y su hermanita, recogen rápido las monedas, que a veces les extienden algunas manos anónimas.
Realizada la habilidad y la colecta, la niña volvió corriendo a la vereda, trayendo en su bolsillo tres monedas, un billete de dos pesos y en su mano un naipe que tenía un corazón dibujado y una leyenda que no entendía.
Le preguntó a su hermano Juan, que un tanto fastidiado le contestó mientras tomaba el cartón -¡ves… por eso voy al cole, dame que te leo!, diceeee “a ca ri ci a el co ra zón y si gue tu de se o”- agregando- Ja! Mi deseo? Guita!!!…- y se lo devolvió.
La niña lo tomó y dijo -yo me quedo con el dibujito y vos con esto…- metió la mano en el bolsillo y al sacarla entregó lo recaudado, tres monedas y un billete que misteriosamente y como por arte de magia o bruja… se transformaba ante sus ojos, en un flamante billete de cien pesos. Juan no lo podía creer, dio un salto y tomó el billete que examinó, como experto, no encontrando nada extraño en él.
La niña, que no percibía la diferencia entre uno de dos y uno de cien, tomó el naipe y lo agregó a la colección de cosas lindas que adornaban su sombrero, enganchándolo en la cinta y lo calzó en su cabeza. Luego se sentó en un portal, mirando a su hermano, a la espera que este decidiera a hacer el número artístico. Juan se acercó con ligereza, tomó la mano de su hermana y le dijo - ¡vamos Rita!, ya no lo necesitamos, vamos pa’ casa-.
La niña, sujetando el gorro a su cabeza para que no se volara, más que caminar flameaba de la mano de su hermano, que corría de alegría, haciendo que el misterioso naipe se desprendiera por el viento.
Dio varias vueltas extrañas por el aire, quedándose trabado entre las ramas del ombú de la plaza San Martín. La próxima ráfaga de viento lo desprendió y lo llevó a caer a los pies de un pobre vendedor de pochocho que retornaba entristecido a casa, con su carga intacta, sin haber vendido ni un solo paquete debido al mal tiempo imperante. Detuvo su carro y se agachó a levantarlo, leyendo luego la misteriosa inscripción “acaricia el corazón y sigue tu deseo”, instintivamente tocó el corazón y continúo el pasó pensando -si solo hubiera vendido, aunque sea la mitad…-, de pronto un joven apurado lo llevo por delante y disculpándose apenas le dijo -a Ud., me lo trae Dios!!!, mire…, soy del micro cine, se nos acabaron los pochochos… le compro su carga por trescientos pesos…, sabe, es que por las vacaciones de invierno y el mal tiempo, con los niños no dimos abasto…-
El pochoclero, no pudiendo salir del asombro, le vendió su carga y atinó a guardar el dinero, casi el doble de lo que esperaba, sin advertir que cuando lo hacía, el naipe caía al suelo.
Por esa misma vereda una pareja de bailarines de tango, pasaba corriendo, pisando sin darse cuenta el naipe, el que se adhirió al zapato de la muchacha.
Cruzaron la calle y entraron en un barcito despoblado. Tomaron asiento y pidieron un café, decididos a compadecerse de su mala suerte. Había cerrado el lugar donde bailaban. Sara agachó su cabeza al ver el cartón que estaba adherido al zapato, lo tomó y lo leyó “acaricia el corazón y sigue tu deseo”, - solo puedo pensar en conseguir trabajo… Justo hoy estoy para corazones!!! - pensó. Y puso el naipe en la mesa.
Pocos segundos después el lugar rebosaba de turistas. El micro que los transportaba había averiado su neumático y tuvieron que descender allí.
El dueño del bar no dando abasto con los mozos a servir a tanta gente, se acercó a la pareja, invitándolos a realizar una actuación, la cual sería remunerada a la gorra por los visitantes. Sara y Manuel aceptaron gustosos, tenían con ellos todo lo necesario para la función.
Cosechando aplausos y billetes por su arte, fueron contratados por el dueño para trabajar permanentemente.
Mientras bailaban un niño con acento francés había tomado el naipe y lo guardó en su bolsillo. Después de la función y arreglada la avería, se dirigió junto con los demás turistas, al micro, rumbo al aeropuerto.
El avión partió hacia Europa con el mágico cargamento…, solo espero que, si alguien lo encuentra, sepa apreciar su corazón.
Fin
…y Jean Pierre entregó el naipe a su padre. Mientras este leía, el niño preguntó - ¿veremos a mamá?- Y su padre sonrió acariciando el corazón…
Nancy Nasr
27-07-11
www.versosymasversos.blogspot.com
viernes, 22 de julio de 2011
Tu regreso
sábado, 16 de julio de 2011
Amor de antaño…amor moderno…
martes, 12 de julio de 2011
Arrebato
Arrebato (Derechos reservados) Dime por qué?... No sonarán canciones de cuna en sueños de mecedora… Esperará ansioso un oso de peluche en el escaparate… No ensuciarán manchas de puré de manzana su ropa… Rondarán olvidados olores de vainilla y rosa en un placard… Dime por qué?... Zarpas tu garra de hielo por mi esencia lo llevas de mí, envuelto en manto rojo palidez sepulcral de tu presencia… me arrebatas mi esperanza cual despojo. Dime por qué?... Exterminas la ilusión y la inocencia matas mi sentir con tu osadía mi anhelo tornas en ausencia permutas por dolor mi algarabía. Dime por qué? Sabor amargo desgarra mi alma en plena gestación a río seco… ya no tengo paz… no hay calma rictus de tristeza, vientre hueco. Dime por qué... hoy has llegado? cuchillo filoso de la muerte fatal pérfido destino has consumado te entrego mi alma por su suerte devuélvele la música a mi vientre. Nancy Nasr 04-07-11 |
Fresia y el Pingüino
“Fresia y el Pingüino” de Nancy Graciela Nasr
(Derechos reservados)
Unas vacaciones de invierno en La Playa del Millón de Peces, durante los años de su adolescencia temprana, le dieron a Fresia una enseñanza que le valió para toda la vida a cerca de la responsabilidad que se debe tener con todo ser vivo.
Contaba Fresia con apenas 11 años y había concurrido a la playa con sus padres y sus tres hermanos menores para controlar y mantener la casa que su familia poseía en aquel lugar tan grato para todos ellos.
A pesar de no ser la temporada estival muchas de las familias que poseían casa se acercaban con sus niños, aunque el padre no siempre se quedaba, para pasar las dos semanas de recesos de clases en invierno.
En esa época era en la que más se afianzaban los vínculos familiares y amistosos, porque las tertulias de la tarde y la noche se suscitaban casi espontáneamente al no tener televisión, que llenara el tiempo libre. Eran usuales los juegos para los que no se necesita nada más que las ganas de jugar como el de Adivinanzas, el Don Pirulero, El Medio limón, el Juego de la Memoria , el Tuti Fruti. U otros con elementos como las Barajas con campeonatos de Chin-Chon y Canasta para los adultos, y juegos de Casita Robada o Chancho Para los niños, o el Ludo. También era habitual armar noches de lotería familiar en las que por una monedita se armaba un pozo que al otro día los niños gastarían en caramelos.
Juegos risas, pequeñas escaramuzas que llevaban a chistes y desafíos entre los adultos daban como resultado ganancias para los niños, que al día siguiente comían alfajores de chocolate, helado, panchos o las cosas más locas que algunos de los padres proponía como premio. Así se pasaban las tardecita y las noches, pero para el día había otros planes.
Fue en las vacaciones del invierno de 1969 que se organizó una excursión de pesca al muelle a las once de la mañana más o menos debido al intenso frío y viento que caracterizó ese invierno. Era menester pasar por la playa para conseguir algunas almejas para que los hombres encarnaran sus anzuelos mientras las jóvenes señoritas pescaban con el medio mundo, especie de colador gigante de redecilla sujeto a una caña muy larga.
Fresia siempre muy dispuesta para es tipo de mandados se ofreció a ir a la playa en busca de los moluscos para el encarne junto con una de sus hermanas menores acompañadas por su madre, mientras el resto del grupo se adelantaba al muelle.
Era un día muy soleado pero de mucho viento sur, el mar en esos días toma una coloración verdosa y de espuma muy blanca, signo para los pescadores de que habría pique de pejerrey, por lo cual Fresia se apuró a llegar a la orilla de arena húmeda para ver los orificios de respiraderos que quedan en la superficie y que denotaban que allí se encontraban las almajas.
Con una palita pequeña y el uso de sus propias manos agarraban con mucho cuidado las almejas y las colocaban en un balde con agua de mar, solo sacarían unas diez o quince que era lo pedido por su padre.
Se encontraban realizando esa tarea cuando de pronto Fresia escuchó un ruido raro a sus espaldas, que no pudo identificar muy bien que era. Nuevamente ese sonido extraño la hizo cambiar su atención hacia dónde provenía, giró y a unos veinte metros de allí, vio algo oscuro de pequeñas dimensiones, no más de treinta o cuarenta centímetros, sobre la playa, que apenas se movía un poco.
Corrió lo más rápido posible dejando atrás a su madre y su hermanita, hasta llegar a su lado. Un pingüinito pequeño era el origen de los ruidos, al parecer estaba en la playa exhausto y extraviado del grupo que todos los años pasa por la costa en su migración hacia las pingüineras del sur. Su ojos tristes Miraban a Fresia como suplicando que no lo dejara, seguramente moriría a merced de perros y gaviotas que ya andaban rondándolo con intención de picotearlo.
Fresia quiso ponerlo de pié pero no le fue posible porque cada vez que lo movía el animal hacía un graznido de dolor. Aparentemente su patita estaba lastimada. Cuando llegó su mamá y su hermana, la jovencita ya lo tenía entre sus brazos y miraba a su madre con ojos tiernos para convencerla que se lo deje llevar a la casa, ayudada por su hermanita que con sus cinco años veía en el un peluche. La madre trato de convencer a Fresia de que desistiera del pedido pero casi fue imposible, solo logro poner el interdicto de la aprobación de su padre, para acceder.
Las tres se dirigieron al muelle donde se hallaba el resto del grupo entre los que se encontraba su papá, y quien daría la última palabra.
Llegaron pagaron la entrada e ingresaron, Fresia no pudo ir despacio, era tal la emoción que casi el corazón se le salía del pecho.
Cuando se acercó al grupo, los demás niños causaron un alboroto tremendo al contemplar a Malvino, a si lo llamó, porque en esos pocos metros ya había sido bautizado en honor a las islas Argentinas.
Su padre no lograba entender como Fresia que había ido por las Almejas había vuelto con un pingüino, y lo estaba atosigando a preguntas sobre si le permitía quedárselo y curarlo. Esta situación ameritaba una charla más profunda para poner en real dimensión lo que significaba tener a ese animal en casa.
Lo primero que su papá le preguntó fue cómo se las arreglaría para darle de comer, a lo que Fresia le contestó, que vendría a pescar todos los días para llevarle lo peces para su alimentación. Rápidamente agregó que con el carrito de los mandados le traería agua de mar sin así molestarlo para que la trajera él con el auto. Además le enseñó la patita del animal que no se veía nada bien, por lo que le pidió que la ayudara a curarlo.
El padre de Fresia comprendió que si no aceptaba era una muerte segura para el animal, por lo cual accedió, pero dejando en claro que serían solo esos días del invierno y no lo traería a la ciudad. El grito y el salto de Fresia se escucho hasta en la playa vecina.
Llegaron a la casa y se dedicaron a curar la pata de Malvino, con dos palitos de helado el padre la entablilló y sujetó con una venda, luego lo amarró con una cuerda atada a la pata sana por un lado y por el otro al pilar del porche.
Todos los días Fresia partía hacia el mar para obtener la comida de Malvino como se lo había prometido a su padre, cosa que no era nada fácil, porque no todos los días conseguido su cometido.
La noticia de la mascota de Fresia corrió como reguero de pólvora por todo el pueblo, y la niña no salía de su sorpresa cuando veía que llegaba gente desconocida con una bolsita con peces y se la entregaban para Malvino.
Los días pasaron y Malvino primero se paró y después caminaba con su pata entablillada haciendo las delicias de los chicos del vecindario que venían a contemplar su andar Chaplinesco, como comía de la mano de Fresia y como se dejaba mojar con el agua de mar.
Ya restaban solo tres días para volver a la ciudad cuando uno de los vecinos vino apresurado a avisar al padre de Fresia que desde el muelle se veía pasar un grupo de pingüinos, el padre miro a la jovencita y ella comprendió que era el momento de que Malvino volviera con los suyos, ambos corrieron hacia el auto llevando al pingüino y se dirigieron a la playa. En el trayecto la jovencita le quitó las vendas y tablitas de la pata, pues estaba ya bastante repuesto, luego descendió en la playa acercándose a la orilla acarició su cabeza y lo bajó en el agua. Malvino sin más, se internó en el mar zambulléndose en cuanta ola se le acercaba. Los ojos de Fresia estaban húmedos de lágrimas y agua de mar, pero felices de haber ayudado a Malvino en esas vacaciones.
Cuántos recuerdos habitados por esas vivencias de los niños se forjaron en esos días!, Tantos, que hicieron que aún después de muchos años, cuando se encontraban, apelaban a ellos como la evocación de los más gratos momentos de la infancia.
Tantos han sido que alcanzaron para armar los relatos, que en las noches, les contaron a sus propios hijos.
FIN
Caen Bombas
“Caen bombas” de Nancy Graciela Nasr
(Derechos reservados)
Caen bombas, estoy acurrucada en un rincón, no se que hacer el desconcierto se apropió de mí, el miedo de mis huesos, el terror de mi espíritu. Tengo ganas de llorar, grito…caen bombas. Todo alredor es distinto... olores. El miedo tiene olor?, sí lo tiene…. Todo es confuso…. Quisiera no estar…. ser volátil… Solo sujeto mi cabeza entre mis brazos, como si ellos fueran una coraza que me protege, de todo y de todos…
Volátil… ser pluma al viento en la onda expansiva que me arrastre lejos… lejos de aquí.
Caen bombas!.... rezagos de mampostería caen sobre mí… Apelo a mi mente me traslado, me elevo, me voy de allí, …no resistiré mucho más ….Humedad en mi rostro… lágrimas? sangre?, todo es igual en el dolor…. Sigo en el rincón quieta… todo esta oscuro… mis brazos abandonaron mi cabeza… no me muevo…sirenas que se aquietan…ya no escucho… ya no vivo… ya no soy… caen bombas!!!
Nota de la autora: En honor a todas las personas que sufren la irracionalidad de la guerra.
lunes, 11 de julio de 2011
Tus Manos
Tus manos
(Derechos reservados)
Quiero sentir tus manos…
que ejecutan inédita sinfonía de amor…
y posan en mi piel su pluma, verso eterno…
bebiendo la energía que emana mi cuerpo…
Gaviotas eternas que recorren puertos
amarrando en tempestad,
y cuando la calma llega…
retoman vuelo a nuevos escondites.
Que como páginas de un libro
cuentan de mi la mejor historia de amor terrenal.
Pasión imberbe despertada en piel adulta
que sueña con ser de mil y una noches.
Arqueólogas de esculturas…tesoro incalculable.
Cuidadosas como pocas develan incansables,
la tersura de mi pie, ayer adolescente…
la experiencia de mi cuerpo… hoy mujer
Nancy Nasr
11-07-11
www.versosymasversos.blogspot.com
domingo, 10 de julio de 2011
Amor sereno
Amor Sereno
(Derechos reservados)
Cuando pensé que la vida se había olvidado de mi.
Cuando sentí que ya nada de amor me restaba.
Cuando mis ansias estaban adormecidas por el desencanto.
Cuando mis brazos estaban entumecidos de no abrazar.
Apareciste tú…
Sin saberlo y sin quererlo anidaste en mi pecho.
Me sorprendí esperándote ansioso por tu retraso.
Me sentí celoso por no encontrarte como siempre.
Me vi nuevamente teniendo la esperanza de un buen amor.
Gracias a ti…
Hoy albergo para mí la ilusión de compartir tu vida.
Sin premuras… sin sobresaltos… sin exigencias…
Con un amor sereno, casi naif, como hace mucho que no siento.
Con el placer de poder encontrarnos en este atardecer de nuestras vidas.
Estamos juntos…
P.D.: Dedicado a mi amigo JCB.
Nancy Nasr
09-07-11
viernes, 8 de julio de 2011
La fuente
La fuente
(Derechos reservados)
Estas allí inmóvil, tieso, herrumbrando tu piel
Cascada de aguas que exploran tus pliegues,
recorren tu manto, amalgama de cobre y estaño…
Niño aún, ofreces tu brazo y tu hombro…
parada obligada de palomas cansadas.
Permitiendo que el tiempo pase a tu lado
sin inmutarte… sin envejecer… eterno en juventud.
inmortalizada en bronce de desconocida identidad
Contemplas el ajetreo febril de la ciudad
Coronado de niños que mojan sus pies de estío
Luciendo tu silueta semi desnuda entre la foresta
cargas tu cántaro como amarga condena…
decorando la plaza de un barrio desconocido.
Nancy Nasr
08-07-11
www.versosymasversos.blogspot.com
martes, 5 de julio de 2011
Reconciliación
Reconciliación
(Derechos reservados)
Volvimos a encontrarnos, pensamiento, alma y cuerpo…
Recuerdo casi olvidado de una piel, de un aroma, de una voz…
Huellas en la memoria, cimentadas con años de ir a la par,
luchando contra mnstruos infinitos, fantaseados y reales.
Pensando que el gran escudo era nuestro afecto,
que el único bastión no sitiado era nuestro hogar
Volvimos a recuperarlo… a tomarlo por sorpresa,
aunque ya era la desesperanza quien ganaba la batalla,
el amor fue más fuerte que el dolor que sentíamos…
la bonanza de las almas que la desconfianza …
la ternura ocupó la imagen de la soledad…
El embeleso cubrió los cuerpos como mantos de tibieza
y las raíces del amor reverdecieron quitando la mala hierba
quitando la amargura, ahuyentando el espanto de la ausencia
volviendo todo a su espacio… a su lugar… a su presencia…
Registro de memorias que se entronan en presente imperativo
aquí estoy! tómame otra vez!, no me he ido…
susurro de amor interminable que durará por siempre,
en el silencio de todas las noches que vendrán
porque el mañana es hoy contigo.
Nancy Nasr
15-05-11
Dos Contra el Mundo
sábado, 2 de julio de 2011
Que?
viernes, 1 de julio de 2011
Un millón de amigos.
Un millón de amigos.
(Derechos reservados)
Es un día especialmente bello en los suburbios de Buenos Aires, el sol brilla como nunca en este Otoño… parecería que nada puede empañar un día así. De aquí para allá el bullicio reina, pues es plena época escolar… toda la ciudad esta en completo ajetreo.
Morena es una joven de dieciséis años, estudiante de secundaria cursando el último año. Como casi toda adolescente es alocada… emocionada por todo lo que le ocurre, y que vive con pasión… como si esa fuera su última oportunidad de disfrutarlo.
Últimamente la tiene atrapada la red de facebook solo basta ver la cantidad de amigos que tiene en su página… es imposible que pueda conocer a todos en persona. Navega por páginas de grupos a los que se agrega y chatea y con el pasar del tiempo ha sumado a cuanta persona pide su amistad o a quien la acepta como amiga ante su solicitud. Es como si la cantidad importara más que la calidad para sus amigas del cole o de inglés…con lo cual se propuso coleccionar amigos de FACE a como dé lugar…
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